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En la plaza Luis de Camoes entramos uno de tantos kioscos tradicionales que hay por toda la ciudad, ahora han sido reconvertidos en bares con terraza donde se sirven licores portugueses.
Por aquí pasa el antiguo tranvía 28, el más famoso de los tranvías de la ciudad, que utilizan tanto viajeros como lisboetas, y que hace un recorrido por los lugares más turísticos hasta terminar en el Barrio de Graça, en el mirador de Nossa Senhora do Monte.
Bajando hacia el río Tajo por la rúa Alecrim encontramos la farmacia Andrade, que mantiene la misma estructura de madera y el mismo reloj que tenía cuando abrió sus puertas en 1837.
En el largo (plaza) de Sao Carlos, está la casa natal de Pessoa. Aquí jugaba el escritor de pequeño. Justo enfrente, el Teatro Nacional Sao Carlos, muy frecuentado por su padre que, aunque era funcionario, ganaba un sobresueldo como crítico de ópera, y por su madre, que tenía una gran cultura musical.
Pero de todas las tiendas vintage que se pueden encontrar en Lisboa quizá la más auténtica sea, curiosamente, una que ha abierto sus puertas hace bien poco, en 2006 [...]
O que mudou o Camões, que há 15 anos era uma praça que envergonhava Lisboa, foi simplesmente um parque de estacionamento...
ResponderEliminarAtrás veio um hotel, a revalorização do imobiliário e uma zona revitalizada.
Aquelas coisas que vocês são sempre contra.